Durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines se sufrieron decadencias económicas ya que en 1958 la deuda externa era ya de 626 millones de dolares. Ruiz Cortines reinicio los gastos del gobierno, pero estos se manejaron en forma moderada para no desatar los aumentos de precios, también se busco la moderación en la política monetaria y se hicieron laberínticas operaciones bancarias para utilizar mejor los excedentes y para que no aumentara el circulante. se acuñaron monedas de plata para los ahorradores que al comprarlas y guardarlas ayudaban a disminuir el dinero que circulaba.
Por ultimo, todo esto permitio que la nueva paridad del peso no sufriera demasiados embates y que se mantuviera fija en los 12.50 a lo largo del sexenio (y en los siguientes veinte años, pues solo hasta 1976 se reinicio el horror de las devaluaciones).
Después del amago de la temible huelga general de 1954, a Fidel Velazquez (presidente que llevaba el control de los sindicalizados) le gusto mostrarse avalentonado y exigente para acabar aceptando lo que proponían desde un principio. o menos. uno de estos ejemplos lo dio en negociaciones para fijar el salario mínimo de 1958. Fidel pidió 48 pesos y adujo que con esa cantidad los trabajadores apenas podrían obtener sus necesidades básicas, lo cual, claro, era correcto; sin embargo, el salario mínimo de 1957 era de 11 pesos, y conciliación a arbitraje fijo el de 1958 en 12, y ese fue el que se quedo.
El gobierno, prudente, hizo a un lado el optimismo autojutificatorio de l9os años anteriores y como su solución a los problemas, solo se le ocurrió la brillante y original idea de recurrir a los prestamos del exterior, pues solo asi evitarian aumentar los impuestos, poner controles de cambio, devaluar la moneda o reiniciar la pesadilla de los aumentos de precios.
Por ultimo, todo esto permitio que la nueva paridad del peso no sufriera demasiados embates y que se mantuviera fija en los 12.50 a lo largo del sexenio (y en los siguientes veinte años, pues solo hasta 1976 se reinicio el horror de las devaluaciones).
Después del amago de la temible huelga general de 1954, a Fidel Velazquez (presidente que llevaba el control de los sindicalizados) le gusto mostrarse avalentonado y exigente para acabar aceptando lo que proponían desde un principio. o menos. uno de estos ejemplos lo dio en negociaciones para fijar el salario mínimo de 1958. Fidel pidió 48 pesos y adujo que con esa cantidad los trabajadores apenas podrían obtener sus necesidades básicas, lo cual, claro, era correcto; sin embargo, el salario mínimo de 1957 era de 11 pesos, y conciliación a arbitraje fijo el de 1958 en 12, y ese fue el que se quedo.
El gobierno, prudente, hizo a un lado el optimismo autojutificatorio de l9os años anteriores y como su solución a los problemas, solo se le ocurrió la brillante y original idea de recurrir a los prestamos del exterior, pues solo asi evitarian aumentar los impuestos, poner controles de cambio, devaluar la moneda o reiniciar la pesadilla de los aumentos de precios.
es una gran informacion saber esto todo esta bien solo faltan unas cuantas imagenes
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